¡...qué impresionantes las vistas de tu cuadro!! La casa exilia -como el viento-, el nido espera, la embarcación es promesa de más errancia, de más exilio... Se puede ser nido sin bordes. Sólo si el sol calienta.
Andrea Villar
Únicos somos todos
Quien de veras conozca la naturaleza humana sabrá que un hombre sólo equivale a otro hombre en el terreno de los derechos y de las obligaciones. La identidad de cada uno no desagua, a fin de cuentas, sino en el misterio. Y el núcleo de ese misterio es el de sentir que somos uno por única vez, sin que ello implique que sepamos decir quién somos o qué o por qué. Nuestra singularidad cautiva y atormenta nuestra imaginación porque pudiendo reconocerla con la emoción no podemos atraparla con el entendimiento. De algún modo siempre se desemboca en Pascal y el desenlace de esta conjetura no podía ser una excepción: suya es la convicción memorable de que en el hombre se acoplan, por obra del enigma, la inconsistencia del junco y el don sublime de la reflexión
Santiago Kovadloff